Perugia y Cuenca, parecidos razonables – Memorias de un friki exiliado IX
A principios de verano, se creó el grupo para que todos los españoles que veníamos a Perugia nos fuésemos conociendo. Una de las primeras cosas que se dijo fue: «En Perugia hay muchas cuestas». Esto a mí no me importó, porque en Cuenca si algo tenemos son cuestas. También dijeron que hace mucho frío. Bien. Una de las cosas que más me gusta de Cuenca la iba a tener también en Perugia. Cuando llegué, solo pude confirmar que estas dos no son las únicas coincidencias entre las que puedo considerar «mis ciudades».
Aunque se parezcan, también es verdad que se diferencian. En el tamaño sobre todo. En 2015, Perugia tenía 166.134 habitantes, mientras que Cuenca 54.843. Este dato ya es bastante para comparar ambas ciudades. Pero en el resto de cosas, más bien son parecidas. Como ya he dicho, en ambas ciudades hay cuestas. Aunque sí que es cierto que en Perugia hay más, y más empinadas. Y el clima… Bueno, digamos que nunca había visto un tiempo más raro que el de Cuenca. Pero aquí en Perugia, en pleno noviembre, no necesito abrigo. Y en octubre estaba congelado… Pero aún así, siguen siendo parecidas. Por ejemplo, cuando llueve, no es que chispee, es que ves a Noé reuniendo animales para su Arca. Y a las dos horas sale el sol y hay que quedarse en manga corta por el calor.
Visualmente son casi idénticas. Hasta el punto que envié una foto de Perugia, y hubo gente que pensó que todavía estaba en Cuenca. Ambas están en lo alto de una montaña, rodeadas por kilómetros de bosque, y tienen un centro histórico medieval. Cierto es que Perugia tiene además restos etruscos y romanos, pero la parte más visible es la medieval, muy semejante al de Cuenca.
Tanto en Umbria (provincia cuya capital es Perugia) como en Cuenca (provincia), hay varios platos típicos que hay que mencionar. En Italia son típicos la trufa y los embutidos de fuerte sabor de la zona de Norcia. En Cuenca, también gustan los sabores fuertes, como el morteruelo (un paté hecho con carne de gallina, conejo y cerdo), el ajoarriero (otro paté con bacalao, ajo, patata, huevo y aceite), y el gazpacho pastor (también con cerdo, gallina y conejo, pero con perdiz y «torta gazpachera»). Ambas son zonas de buenos vinos y mejores quesos. Aunque si algo tiene Perugia que Cuenca no, es el chocolate. Pocas veces he probado un chocolate tan bueno como en Perugia.
En resumen, ya sea por localización, paisaje, clima o gastronomía, Perugia y Cuenca son muy parecidas. Y no puedo evitar pensar que hice bien en venir aquí de Erasmus. Porque cuando me haya ido, solo con ver según qué cosas, volveré a estar en Italia, al igual que ahora me pasa con España. Arrivederci e buona serata.
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