Navidad en Cuenca – Memorias de un friki exiliado XVI
Como el turrón, los estudiantes Erasmus volvemos a casa por Navidad. Sé que es la coletilla más utilizada, pero es la verdad. Y es que desde el 14 de diciembre (más o menos), Perugia se estaba quedando vacía.Cientos de jóvenes con maletas corrían hacia las paradas de autobús para volver a casa por Navidad. Y entre ellos yo. ¿Lo mejor? En mi casa no estaban seguros de que pasase la Navidad allí, y les dije un día diferente al que llegué. Eso es una sorpresa, y no lo del turrón.
Lo primero, es que casi pierdo el avión. El autobús en el que iba se retrasó 40 minutos, por lo que llegué al aeropuerto con el tiempo justo. Después de eso todo bien. Llegada a Madrid, carteles de «Narcos» con el eslogan «Oh, blanca Navidad» por todas partes, y lucecitas de colores. Y mucha gente tanto en el aeropuerto como en la estación de tren esperando a sus seres queridos. Lo típico, vamos. Luego a Cuenca, donde le di la sorpresa a mis padres. Todavía estamos decidiendo si lo que hice al ir sin avisar fue darles un regalo de Navidad anticipado o un principio de infarto. Pero sí, muy entrañable todo.
Las siguientes semanas, como deben ser las fiestas de Navidad. Cena por aquí, reunión por allá… con suerte, me pude librar de todas. Yo lo que quería era volver a jugar al LoL y a «The Witcher 3». Y estar con la familia y los amigos, pero eso. Además que unos amigos vinieron a Cuenca, así que me sirvieron de excusa perfecta. Me libré de todos los compromisos de Navidad y estuve con quien quería estar. Por cierto, los DLCs de «The Witcher 3» son de lo mejor que hay.
Lo malo de esto, es que al tener a tanta gente a la que ver, la Navidad se me ha pasado volando. Pero bueno, también me he dado cuenta que como en casa en ningún sitio. Que sí, que la independencia y la libertad molan, pero prefiero mi casa y mi gente. Y otra cosa mala, fue el día de volver. Será porque la gente viaja en Navidad, pero la única fecha disponible para coger el billete de avión fue el 6 de enero. Sí, el día de Reyes. Toma regalazo. Aunque bueno, era eso o que saliese por mínimo 40€ más…
El caso es que hice lo que debía. Pasar la Navidad en casa. Y creo que este año es el primero en el que he sentido eso del «calor del hogar». Nostalgia, creo que se llama. Pero ahora, vuelta a la rutina con más fuerza que nunca. Feliz Navidad con retraso. Arrivederci e buona serata.
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