Erasmus: mitos y verdades – Memorias de un friki exiliado XIX

Todos hemos oído cosas sobre el Erasmus. Ya sea por películas, por redes, boca a boca… El caso es que circulan múltiples leyendas urbanas sobre qué se hace o qué pasa en el Erasmus. Y es cierto que algunas de ellas son ciertas, pero otras tantas no. La mayoría son casi ciertas. Es decir, que aunque una parte sea verdad, se quedan un poco cojas. Hay que matizar. Pero bueno, hoy voy a hablar de eso. Mitos y verdades sobre la vida Erasmus, y si no sobre todos los mitos, sí sobre los que me acuerde.
Lo primero es lo primero: el sexo en el Erasmus. «Tú te vas de «Orgasmus»», «vas a pinchar mucho», etc, etc. Bueno esta es una verdad a medias, no hay mucha diferencia con tu ciudad/país de origen. Si se te da bien ligar en casa, fuera de ella también. Si se te da mal, pues lo mismo. Es cierto que de Erasmus la gente «va a lo que va», y que puede que sea un poco más fácil, pero si no se sabe, no se sabe. Otra verdad a medias es sobre la comida. Y esto es bastante curioso, porque he oído dos frases contrarias: «Vas a adelgazar mucho estando de Erasmus», y «De Italia vas a venir hecho una bola». Es cierto que en Italia se come mucha pasta (de lunes a viernes non stop en el comedor de la Universidad), pero también es cierto que con la cantidad de cuestas y escaleras que hay en Perugia, es imposible engordar. Es cierto que los Erasmus gastamos poco en comida, pero con lo bien que se come (en el sentido de que hay mucha cantidad), es imposible engordar. Así que esto no sé si es verdad o no. Puede que en otra ciudad hubiese engordado o adelgazado más, pero aquí, entre unas cosas y otras, te quedas igual.
El símbolo de la Universidad de Perugia, casa de muchos Erasmus

El símbolo de la Universidad de Perugia, casa de muchos Erasmus

En el Erasmus cosas de clase no aprendes, pero de la vida sí. Vaya si es cierto esto. Y sobretodo en Italia. Aquí quien no aprueba es porque no quiere. En vez de dos convocatorias para exámenes finales, aquí hay seis en un año. Seis convocatorias. Y con un temario menor y una facilidad de examen mayor. Incluso los de medicina, que si no estudian explotan, dicen que de Erasmus no estudian nada. Y también es cierto que aprendes cosas de «la vida». Idiomas, culturas, costumbres… Porque viajas mucho (si vas de Erasmus y no viajas, mal), conoces mucha gente de distintos países, pruebas cosas nuevas… Así que como decían en aquel gran programa: «Mito (Erasmus) confirmado».
Y con lo de la gente vamos a otro tema. Es cierto que los españoles siempre damos el cante. Y no siempre para bien. Somos ruidosos, sucios y maleducados (y también hay mucho machismo). Pero en Italia… Y yo que creía que las cosas nos iban mal. Ellos son peores. Más ruidosos, sucios, maleducados (y machistas). Y lo del Orgasmus se lo toman al pie de la letra. Que no está mal, pero ves a gente de otros países que viene de Erasmus a la zona mediterránea, y se llevan una sorpresa inmensa. Tenemos mucho que aprender de los norteños… Y por supuesto, mito confirmadísimo, Erasmus es sinónimo de fiesta. Mucha, muchísima, demasiada. Es como las fiestas del pueblo. Las primeras semanas es un no parar. Luego ya se relaja un poco la cosa, pero cuando se sale, se sale a morir. Y se disfruta mucho.
Sinceramente, no se me ocurren muchos más mitos Erasmus, lo principal ya está hablado. Pero seguro que me dejo cosas en el tintero. Si es así, una de dos, o id de Erasmus (es una experiencia muy recomendable), o preguntad sin miedo. Hasta entonces, arrivederci e buona serata.